El estado de la educación dominicana acaparó la atención durante el acto conmemorativo del 62 aniversario del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), celebrado este miércoles, donde diversos sectores coincidieron en que el país enfrenta una crisis educativa profunda que exige transformaciones estructurales.
Durante su intervención, el presidente del Conep, Celso Juan Marranzini, hizo un llamado a la acción, advirtiendo que el país no podrá continuar su camino de desarrollo sin mejorar urgentemente la calidad de la educación.
“Más de una década de inversión del 4% del PIB en educación aún no se refleja de manera favorable en los resultados del sistema”, expresó Marranzini, citando datos del último Informe PISA, que revelan que más del 70% de los estudiantes dominicanos no alcanza los niveles mínimos en matemáticas, lectura y ciencias.
Hipólito Mejía: “La materia prima no es buena”
Las palabras de Marranzini fueron seguidas por declaraciones contundentes del expresidente Hipólito Mejía, quien no se guardó críticas al sistema educativo actual.
“La materia prima no es buena”, dijo, refiriéndose de manera metafórica a los estudiantes. También cuestionó el compromiso del magisterio: “Los profesores no están comprometidos con lo que debe ser la educación en el país”.
Estas afirmaciones se suman a otros comentarios controversiales de Mejía. En abril de 2024, calificó como un “irrespeto” las protestas de maestros por mejoras salariales, instando a los docentes a concentrarse en su labor en lugar de “acciones que irrespetan al país”.
Ministerio de Educación responde con propuesta de cogestión
En respuesta a las críticas, el ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, aseguró que la actual gestión apuesta por un modelo de cogestión educativa para elevar la calidad del sistema.
Esta estrategia se basa en cinco pilares: estudiantes, maestros, familias, sociedad civil y servidores públicos.
“Si todos los actores están alineados con un propósito común, podremos eficientizar la inversión y producir la calidad educativa que el país necesita”, afirmó el ministro.
De Camps subrayó que el objetivo es rescatar, reforzar y relanzar el compromiso nacional con la educación, y reconoció que se necesita un enfoque renovado para elevar los estándares actuales.
ADP reconoce “crisis grave” en el sistema
Por su parte, el profesor Menegildo De La Rosa, secretario de Comunicaciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), coincidió en que el sistema enfrenta una crisis comparable a la vivida en 2012, cuando surgió el movimiento por el 4%.
“Hoy tenemos el 4%, pero la burocracia, la corrupción administrativa y la falta de continuidad en las políticas han impedido que ese presupuesto se traduzca en calidad”, denunció De La Rosa.
Asimismo, criticó el desfase del currículo escolar, asegurando que no responde a los tiempos actuales ni capta el interés de los estudiantes. El consenso entre empresarios, autoridades y gremios magisteriales parece claro: el sistema educativo dominicano necesita una transformación profunda. Lo que aún está por definirse es cómo lograr esa transformación de manera sostenible, efectiva y con resultados visibles para las futuras generaciones.