El jardinero dominicano Juan Soto sorprendió al joven Brett Baty con un gesto generoso, regalándole una yipeta después de que Soto llegara a un acuerdo para quedarse con el número 22, el cual Baty había usado en su carrera. Este número es significativo para Soto, quien lo ha utilizado durante su tiempo en Grandes Ligas.
La tradición entre los jugadores de MLB, donde los cambios de números pueden ser comunes, llevó a Soto a compensar a Baty por cederle el número, como una muestra de agradecimiento y respeto. Este tipo de gestos no es exclusivo de Soto; otro caso similar se dio con Shohei Ohtani cuando cambió al número 17 tras firmar con los Dodgers de Los Ángeles. Este número pertenecía al relevista Joe Kelly, quien, gracias a la campaña en redes sociales liderada por la esposa de Kelly, Ashley Kelly, permitió el cambio. En señal de agradecimiento, Ohtani sorprendió a Ashley con un Porsche plateado, demostrando que estos acuerdos pueden ser muy lucrativos tanto para los jugadores como para sus familias.
Este tipo de intercambio muestra una dimensión más personal y cálida de las relaciones entre jugadores dentro de las grandes ligas, donde los números y los gestos de gratitud adquieren un significado especial.