La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ha observado que un 71% de su matrícula estudiantil está conformada por mujeres, mientras que solo el 29% son hombres. Este desequilibrio plantea la necesidad de reflexionar sobre las razones por las que los varones están abandonando la educación superior o eligiendo no ingresar a los centros de formación universitaria.
Rosalía Sosa Pérez, vicerrectora de extensión de la UASD, destacó que esta tendencia debe tener un impacto directo en el mercado laboral dominicano en los próximos años, especialmente en lo que respecta a los espacios de poder y toma de decisiones. “La formación masiva de mujeres en la educación superior debe verse reflejada en el mercado laboral, en los puestos de poder y en las políticas públicas”, expresó.
Un ejemplo de la baja representación femenina en puestos clave en el ámbito político y administrativo es que, de los 23 ministerios del país, solo dos están encabezados por mujeres: el Ministerio de Interior y Policía, bajo la dirección de Faride Raful, y el Ministerio de la Mujer, encabezado por Mayra Jiménez. Además, de las 158 alcaldías en el país, solo seis están dirigidas por mujeres.
Durante la conmemoración del Mes de la Mujer Universitaria, Sosa Pérez también aprovechó para reflexionar sobre el rol de la mujer en el proceso de reforma y transformación que atraviesa la UASD. En ese sentido, recordó que, después de 480 años de historia de la universidad, solo recientemente una mujer, Emma Polanco, fue nombrada rectora. Asimismo, la Facultad de Derecho aún no ha tenido mujeres como decanas, siendo el cargo más alto ocupado por mujeres en esa facultad el de vicedecana, como fue su propio caso.
Sosa Pérez enfatizó que la lucha por la igualdad de género no debe ser vista solo como un ideal, sino como una búsqueda activa de justicia, que permita cambiar aspectos fundamentales de la economía, la política y la sociedad. Además, lamentó que, a pesar de la Ley 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, que establece un porcentaje obligatorio de formación en género, los partidos políticos no apoyen de manera efectiva la participación de las mujeres en la política.