A pesar de haberse invertido más de dos mil millones de pesos en un proceso de intervención que comenzó en julio de 2013, el Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez continúa inconcluso, con varias áreas aún pendientes de entrega.
Han pasado ya 12 años desde que se iniciaron los trabajos de remodelación siete bajo la gestión de Danilo Medina y cinco con Luis Abinader sin que el centro de salud más importante del Cibao haya sido completamente terminado.
Ayer jueves se formalizó la entrega de la unidad de hemodinamia, que ya estaba habilitada pero pendiente de ajustes finales. Algo similar ocurrió con la emergencia, entregada parcialmente el 29 de marzo por el Ministerio de la Vivienda, con una ampliación de 25 nuevas camas. No obstante, según una fuente interna, aún hay espacios en esa área donde se sigue trabajando.
Obras inconclusas y deterioro visible
Una de las promesas más recordadas fue la construcción de un parqueo soterrado, anunciado en su momento por la desaparecida Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), el cual nunca se ejecutó. El espacio donde debía levantarse sigue siendo ocupado por departamentos como Suministro, Mantenimiento, Archivo y Taller.
Además, la imagen exterior del hospital refleja el paso del tiempo y la falta de mantenimiento: la verja frontal presenta corrosión en varias secciones y han reaparecido vendedores informales con puestos de comida y frutas en las inmediaciones.
En enero de 2021, el presidente Luis Abinader realizó una visita al hospital como parte de la reestructuración en curso. En esa ocasión, entregó 29 estaciones de cuidados intensivos, divididas en camas para cuidados polivalentes, coronarios y aislamientos, junto con 50 camas de internamiento, equipos de resonancia magnética y nuevas áreas de esterilización y lavandería.
A pesar de estos avances, el hospital sigue operando entre lo nuevo y lo inconcluso, con una renovación que, aunque significativa en inversión y tiempo, aún no alcanza la meta de una transformación completa.