Luego de más de ocho horas de interrogatorio en la sede de la Procuraduría General de la República, los empresarios Antonio y Maribel Espaillat fueron arrestados ayer jueves por su presunta implicación en el colapso del techo del centro de entretenimiento Jet Set, ocurrido el pasado 8 de abril.
La detención fue ejecutada por el Ministerio Público en cumplimiento de una orden judicial, y ambos fueron trasladados a la cárcel preventiva ubicada en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva. La fiscalía los acusa de incurrir en una grave negligencia, al no realizar las adecuaciones estructurales necesarias para prevenir el colapso que dejó varias víctimas.
La investigación está siendo liderada por el procurador Wilson Camacho, titular de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), quien también encabezó el extenso interrogatorio. Según un comunicado oficial, los hermanos habrían intentado obstaculizar el proceso, presionando a empleados de Inversiones EILSRL —empresa operadora de la discoteca— para evitar que colaboraran como testigos.
El abogado defensor, Miguel Valerio, rechazó las acusaciones y afirmó que sus clientes siempre han estado dispuestos a colaborar. “Es una tragedia que ha golpeado duramente a la familia Espaillat. Estamos cooperando plenamente con las autoridades y responderemos legalmente cuando corresponda”, expresó.
Ahora, el Ministerio Público tiene un plazo de 48 horas para presentar formalmente ante un juez de atención permanente la solicitud de medidas de coerción. Mientras tanto, los hermanos Espaillat pasarán su primera noche bajo custodia, a la espera de que se defina su situación judicial.
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